"Es la Tailandia de Europa": esta joya es un tesoro escondido que urge ser descubierto.

Con la llegada del invierno, el atractivo de destinos lejanos se intensifica, ¡y Tailandia suele ser la protagonista! Pero a mediados de noviembre, olvídate de las interminables escalas y el desfase horario. No hace falta viajar miles de kilómetros con esta joya escondida en el corazón de Europa.
Aguas azules cristalinas, vegetación exuberante y acantilados espectaculares... Este paisaje, que evoca inmediatamente las famosas lagunas de Andamán en Tailandia, se encuentra, sin embargo, en nuestro continente. Se le conoce como la "Tailandia de Europa".
El río Shala es un tesoro escondido en Albania, que recuerda a Koh Phi Phi. Es una maravilla natural bien conservada que nace en los Alpes albaneses, cerca del pico Radohina en Theth, al norte del país, y desemboca en el embalse de Koman.
Para llegar, hay que cruzar en barco el lago Koman, a menudo comparado con los fiordos noruegos por sus vertiginosos acantilados. Tras esta travesía de una hora, considerada una de las más bellas de Europa, se llega a las sinuosas aguas del río Shala, de 37 kilómetros de longitud. Ahí es donde el paisaje cambia...
Una vez que atracas, la vista es impresionante. Olvidas el color oscuro del lago Koman y te encuentras ante una laguna de un azul esmeralda deslumbrante, rodeada de una vegetación exuberante, con árboles aferrados a sus orillas. Nunca has visto un agua tan cristalina, y además es famosa por ser extraordinariamente fresca incluso en verano, ya que se alimenta directamente del deshielo de los picos circundantes.
Para facilitar el acceso a este pequeño paraíso, los lugareños han construido puentes de madera y algunas plataformas. Gracias a su ubicación aislada, lejos de las grandes ciudades, el río Shala es como un santuario preservado, donde el tiempo parece haberse detenido. Solo unos pocos bares y restaurantes locales rompen el silencio, ofreciendo una cálida bienvenida a los escasos visitantes.
Más allá de nadar en sus aguas revitalizantes o relajarse en sus orillas ajardinadas, el río Shala es un verdadero parque de juegos al aire libre: se puede realizar una excursión en kayak para explorar rincones escondidos o disfrutar de caminatas por sus senderos que serpentean a través de la naturaleza salvaje.
El magnífico paisaje del río Shala contrasta marcadamente con el de la Riviera albanesa, con sus numerosas montañas áridas que recuerdan a Oriente Medio. Esta joya aún virgen de Albania es mucho más que una excursión de un día; es un destino imprescindible lejos de las multitudes de turistas. La forma más sencilla de llegar desde París es volar a la capital, Tirana (2,5 horas), y luego tomar un autobús durante 2 horas hasta Shkodra antes de embarcarse en la travesía del lago Koman.
L'Internaute




